Nos despertamos en el Hotel, después de una larga noche en que casi no pudimos dormir ya que hubo una boda y casi no pudimos dormir y los invitados estuvieron bailando hasta las 5 de la mañana. El desayuno fue muy exquisito como la cena y nos fue muy bien para empezar bien el día.
Una vez puesto en marcha, dejamos Bafoussam y nos dirigimos de nuevo a ver otras hermosas Jeferías (auténticos pequeños reinos de esta región del país). Empezamos con Bandjoum con su palacio, y su Grand Case (Cabaña grande, lugar de reunión circular, donde se reúnen los nobles y el rey).
De allí fuimos a otra Jefería donde conserva el 80% de su versión original en la construcción de la que quedamos maravillados de su arquitectura, escultura de madera y pintura. Pudimos hacer unas compras de recuerdos.
Nos fuimos al pueblo de Ndikinimiki donde su alcalde nos recibió a la entrada del pueblo con sus concejales para darnos la bienvenida y visitar los alrededores con sus proyectos de desarrollo (mediateca y un futuro hotel junto a una asociación de niños ciclistas con sus bicicletas abrían la comitiva para acompañarnos durante todo el recorrido.
Ya en la alcaldía, hubo las presentaciones oficiales, estaban muy contentos de nuestra presencia, y firmamos en el libro de oro de la villa, como agencia y como Manyanet Solidario, agradeciendo todo el recibimiento y la acogida y los presentes que nos dieron a cada uno (camiseta y gorra de la villa y frutos de la tierra).
Las danzas de los diferentes grupos y la comida exquisita dio el toque extraordinario a un día lleno de sorpresas que al final valoramos ya que hubo mucho esfuerzo por acogernos y mostrarnos parte de su cultura, tradiciones y proyectos. Gracias