Mi jornada en
el hospital
Una vez más el sonido de la campana nos recuerda
que tenemos que bajar a desayunar y enseguida cogemos el autocar que nos llevará primero al
orfanato y después al hospital. Como enfermera, tenía muchas ganas de empezar a colaborar
con el Hospital St. Martin de Porres y ya estamos en la segunda semana porque
el tiempo pasa muy rápido (recuerdo el primer día que asistí a la presentación
y la plegaria, que hacen cada mañana, donde se presentan los nuevos trabajadores,
cooperantes y voluntarios explicando
cada uno el tiempo y la tarea que va a realizar).
Desde el primer momento, era todo muy distinto a mi
trabajo en el hospital de Barcelona, pero la parte más humana es la misma, ya que lo importante
son las personas.
Una vez habituada a su manera de trabajar, he
tenido el placer de coincidir con un médico español y eso me ha hecho mucha
ilusión. Gracias al Hospital San Rafael y a la farmacia Reixac-Soler de
Barcelona, pudimos hacer una donación de material médico-quirúrgico y
farmacéutico. La alegría que tuvieron fue inmensa.
Hoy como el resto de días, he estado en el bloque
del quirófano, ayudando en la lo que se me necesitaba (ayudante de anestesia, y
de circulante de quirófano). Al acabar la jornada, el chófer del autocar me
viene a buscar y nos dirigimos al orfanato donde comemos con el resto de integrantes
del campo de trabajo. Por la tarde hacemos evaluación y la preparación para el
día siguiente.
En la noche podemos participar de la oración de la tarde “vísperas” con la comunidad y luego vamos a cenar y a descansar. Una jornada más de trabajo con niños y con pacientes del hospital.
En la noche podemos participar de la oración de la tarde “vísperas” con la comunidad y luego vamos a cenar y a descansar. Una jornada más de trabajo con niños y con pacientes del hospital.