17 julio: el hospital


Mi jornada en el hospital




 Es agradable despertarse por la mañana escuchando los cantos de la comunidad (y algún animalito de fondo). Es el momento de la misa y algunos cooperantes participamos  junto a ellos.

Una vez más el sonido de la campana nos recuerda que tenemos que bajar a desayunar y enseguida cogemos el autocar que nos llevará primero al orfanato y después al hospital. Como enfermera, tenía muchas ganas de empezar a colaborar con el Hospital St. Martin de Porres y ya estamos en la segunda semana porque el tiempo pasa muy rápido (recuerdo el primer día que asistí a la presentación y la plegaria, que hacen cada mañana, donde se presentan los nuevos trabajadores, cooperantes y  voluntarios explicando cada uno el tiempo y la tarea que va a realizar).

 

Desde el primer momento, era todo muy distinto a mi trabajo en el hospital de Barcelona, pero la parte más humana es la misma, ya que lo importante son las personas.

Una vez habituada a su manera de trabajar, he tenido el placer de coincidir con un médico español y eso me ha hecho mucha ilusión. Gracias al Hospital San Rafael y a la farmacia Reixac-Soler de Barcelona, pudimos hacer una donación de material médico-quirúrgico y farmacéutico. La alegría que tuvieron fue inmensa.



Hoy como el resto de días, he estado en el bloque del quirófano, ayudando en la lo que se me necesitaba (ayudante de anestesia, y de circulante de quirófano). Al acabar la jornada, el chófer del autocar me viene a buscar y nos dirigimos al orfanato donde comemos con el resto de integrantes del campo de trabajo. Por la tarde hacemos evaluación y la preparación para el día siguiente.


En la noche podemos participar de la oración de la tarde “vísperas” con la comunidad y luego vamos a cenar y a descansar. Una jornada más de trabajo con niños y con pacientes del hospital.


Atentamente
Lourdes. Cooperante enfermera


¡Ya está todo listo!